Steve

Steve Jobs, nunca llegué a conocerte en persona, pero no me cabe duda. Has aprovechado cada minuto de tu vida en hacer lo que te gusta con toda la pasión que cuerpo y alma te han podido dar, incluso en la enfermedad. Atisbando caminos que la mayoría consideraban sin salida y encontrando la vía del éxito una y otra vez.  Gracias, tu trayectoria nos ha servido, nos sirve y nos servirá a toda una generación a ser más arriesgados, más ingenuos y perseguir nuestros objetivos comparándonos solamente con nuestros miedos, y superándolos.

Gracias, Steve.